Redes Sociales ¿Para construir o destruir?
Con regularidad veo y leo en las redes sociales, a personas opinando sobre tal o cual tema, diciendo “yo no apoyo esto”, “ni apoyo aquello”, como si lo que sucediera en la vida, incluso la vida personal de los demás, dependiera de su opinión.
Es claro que tenemos derecho a opinar, a disentir, a no estar de acuerdo con la opinión sobre algo o de alguien, pero es bueno tener en cuenta que las decisiones y prácticas personales que no afectan a nadie en particular, ni a la sociedad en general, no se rigen por las opiniones a favor o en contra que tengamos.
Las redes sociales, en su conjunto, se han convertido en un espacio en donde sin ningun pudor y nivel de prudencia, se aniquila la moral de cualquiera, sobre la base de una supuesta libertad de expresión, en donde algunos “francotiradores” de la opinión se creen con el derecho o se toman el derecho de insultar, denigrar, juzgar y culpabilizar sin ningún reparo.
Otros tipos de actitud percibida en las redes, que de una forma u otra influyen en la sociedad, es el comportamiento violento, cargado de soberbia, egos inflamados, ínfulas elevadas, que muchas veces lo que esconden es un tipo de vida vacía, pero que es entendible verla en mentes débiles, carentes de formación humana y corazones borrachos de poder.
Urge construir una alternativa formativa, que promueva mejor y mayor nivel de humanidad; urge humildad, cercanía, mea culpa y aferrarse a un estilo de vida sencillo, colaborador, sensible y respetuoso de la vida y de las personas, pero sobre todo mucho trabajo y dedicación por contruir una sociedad mejor.
Sabemos que todo caminar en principio es una decisión, que a veces se torna dolorosa y otras tantas preñada de alegría y que cada tiempo de nuestra vida, que se definen en segundos vividos, debemos emplearlos con sentido de humildad, siempre pensando que no somos eternos ni infalibles. Por tanto, debemos creer que a mayor niveles de humildad mayor cantidad de felicidad.
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